Sin lugar a dudas la noticia de la semana fue la rebaja en la calidad crediticia de EE.UU. por parte de Fitch, una de las principales agencias calificadoras de deuda. Ésta redujo la calidad de la deuda americana desde AAA a AA+. Los principales argumentos de esta medida son el aumento en el déficit fiscal, el aumento real de la deuda y el deterioro de las políticas respecto a la deuda.
Sin lugar a dudas la noticia de la semana fue la rebaja en la calidad crediticia de EE.UU. por parte de Fitch, una de las principales agencias calificadoras de deuda. Ésta redujo la calidad de la deuda americana desde AAA a AA+. Los principales argumentos de esta medida son el aumento en el déficit fiscal, el aumento real de la deuda y el deterioro de las políticas respecto a la deuda (lo cual nos hace recordar el espectáculo que dieron en el congreso meses atrás respecto al techo de la deuda).
Es importante recalcar que la baja en la clasificación no implica en sí ningún riesgo adicional sobre la capacidad de pago por parte de EEUU de su deuda, aunque es justo mencionar que a raíz de esta decisión hemos observado un alza en las tasas, principalmente en los plazos más largos de la curva.
Por otro lado, seguramente mucho más importante y menos mediático fueron los datos del mercado laboral que conocimos el viernes pasado, donde por un lado la creación de empleo sorprendió a la baja mientras que el crecimiento de los salarios volvió a subir después de un tiempo de cierta estabilidad. Sin dudas el mercado laboral continua sólido y esto sigue siendo el mayor potencial riesgo en la lucha contra la inflación.
En este contexto la Fed publicó el resultado de las encuestas realizadas a los bancos en donde como conclusión podemos comentar que los estándares crediticios se han seguido endureciendo, adicionalmente la demanda por préstamos comerciales ha disminuido. Claramente el crecimiento de la economía americana a futuro se ve presionado.