Tras una semana marcada por la volatilidad y varias noticias, los mercados lograron cerrar con resultados dispares, sostenidos por la expectativa de una nueva ronda de recortes de tasas en EE. UU. y la esperanza de que la temporada de resultados empresariales traiga algo de calma al nerviosismo reciente.
En Estados Unidos, la atención volvió a centrarse en el sistema financiero, donde los reportes de pérdidas en algunos bancos regionales reavivaron los temores sobre la calidad del crédito, mientras el propio Jamie Dimon advertía que las quiebras en el crédito privado podrían multiplicarse. Las palabras del CEO de JP Morgan sirvieron de recordatorio de que la estabilidad financiera sigue siendo un punto sensible, incluso en un entorno de tasas descendentes y crecimiento todavía positivo.
El ánimo de los inversionistas se movió entre el optimismo por la caída del Treasury 10y y la inquietud por las señales de menor liquidez en el mercado de financiamiento bancario. El bono a diez años retrocedió hacia el 4 % y el índice de volatilidad VIX volvió a superar los 22 puntos, reflejando una demanda creciente por cobertura en medio de un contexto de mayor incertidumbre. Aun así, Wall Street se mantuvo firme y parece dispuesto a mirar más allá de los sobresaltos y concentrarse en los resultados corporativos que comienzan a publicarse esta semana, con empresas como Tesla, GE Aerospace, Intel, Netflix y Procter & Gamble en el centro de atención.
Desde el frente político y comercial, Donald Trump moderó su discurso hacia China después de haber amenazado con nuevos aranceles del 100 %. Su equipo económico busca recomponer relaciones y ya prepara un encuentro con el presidente de China en las próximas semanas. Los mercados reaccionaron positivamente a la posibilidad de una distensión, aunque la disputa por el control de las cadenas de suministro y los principales minerales sigue latente.
Con este telón de fondo, los inversionistas inician una nueva semana entre la cautela y el optimismo. Jerome Powell reafirmó que el ciclo de recortes continuará, pese a la falta de datos oficiales por el cierre parcial del gobierno, lo que mantiene a los mercados apostando por dos reducciones adicionales de tasas antes de fin de año. La volatilidad seguirá acompañando el pulso a corto plazo, pero la narrativa de una FED más flexible continúa ofreciendo soporte. Si los resultados empresariales logran superar las expectativas y las tensiones comerciales se moderan, los mercados podrían encontrar en estos últimos meses del año una dosis de estabilidad muy necesaria tras semanas de ansiedad… al menos por ahora.