El verano no ha detenido la resiliencia de los mercados. A pesar de datos macroeconómicos menos favorables y un escenario geopolítico de incertidumbre, la confianza en una recesión de tasas por parte de la FED en septiembre se mantiene firme. La cautela se refleja en movimientos leves, pero constantes, en los futuros y en los precios del petróleo.
El verano no ha frenado el apetito de los mercados, se sigue mostrando resiliencia, incluso frente a datos macroeconómicos menos favorables de lo previsto. La confianza de los inversores en que la Reserva Federal recortará las tasa de interes en su próxima reunion en septiembre se mantiene firme. Ni una inflación al productor más alta de lo esperado logró revertir del todo el ánimo, aunque sí introdujo cierta cautela y obligó a vigilar de cerca las señales que va entregando el mercado.
A esta narrativa se sumó ayer el frente geopolítico, con la esperada cumbre entre Trump, Zelenski y la Unión Europea. Las expectativas de un giro significativo fueron contenidas por la realidad: hubo gestos, pero pocos avances concretos. La Casa Blanca presionó por una solución negociada a través de un encuentro directo entre Zelenski y Putin, aunque sin ofrecer garantías militares, limitándose a coordinar compromisos de seguridad europeos. El escenario sigue siendo incierto y eso se reflejó en la reacción de los mercados: calma en los futuros estadounidenses, un leve sesgo positivo en Europa y un petróleo que cedió algo de terreno bajo la idea de que un alto al fuego podría flexibilizar a Rusia como productor clave.
La agenda económica para esta semana trae la publicación de los índices PMI en ambos lados del Atlántico y las cifras de inflación en la eurozona, mientras que en el terreno corporativo los resultados de Walmart, Home Depot y Target servirán como termómetro del consumo en Estados Unidos. Pero el plato fuerte será, sin duda, el simposio de Jackson Hole. La cita comienza este jueves 21, aunque el día clave será el viernes, cuando Jerome Powell, presidente de la FED tome la palabra. Los mercados esperan pistas sobre la estrategia de la Fed para los próximos meses, con un mercado que espera dos recortes antes de fin de año. Como siempre, la expectativa es alta, pero Powell ha perfeccionado el arte de decirlo todo sin comprometerse a nada.
Mientras tanto, S&P confirmó la calificación AA+ de la deuda soberana estadounidense, con perspectiva estable. Un pequeño respiro para la administración Trump, ya que la agencia considera que los nuevos aranceles y la reforma fiscal tienen un efecto neto neutro.
El escenario es, en definitiva, uno de promesas y advertencias: promesas de acuerdos en Ucrania que aún no se materializan, promesas de recortes de tasas que dependen de cada nuevo dato, y la advertencia implícita de un calendario que sitúa al mercado frente a uno de los meses más complicados del año. La calma, por ahora, persiste. Pero basta un discurso, un dato o un gesto político para que se quiebre.