Vizcaya Weekly

Fin del apagón

Los mercados entran en una fase extraña, marcada por un silencio estadístico inusual y un murmullo creciente en torno a la inteligencia artificial. El fin del cierre administrativo más largo en la historia de Estados Unidos devolvió actividad a las oficinas públicas, pero no restableció de inmediato la visibilidad económica.

Alan Levi
19.11.2025

La ausencia prolongada de datos mantiene al mercado casi a ciegas, mientras se acumulan señales contradictorias que alimentan un clima de desconcierto. En este contexto, algunos índices europeos tocaron máximos, pero Wall Street volvió a estancarse en un rango estrecho que refleja dudas más profundas: ¿se está agotando el impulso de la IA, o simplemente es una pausa antes de un nuevo tramo al alza?

La montaña rusa emocional de las últimas semanas lo resume bien. Cuando empezó a cuestionarse la solidez del entusiasmo por la inteligencia artificial, surgieron movimientos defensivos hacia sectores como salud y energía, al tiempo que las criptomonedas sufrieron ventas masivas que botaron el desempeño del bitcoin en 2025. Sin embargo, Nvidia siguió atrayendo compradores incluso mientras nombres relevantes del ecosistema, como Oracle y CoreWeave, grandes compañías, eran castigadas. Hoy el mercado parece dividido entre quienes creen que la IA seguirá empujando los mercados hacia nuevos récords y quienes sospechan que las valoraciones ya no están justificadas.

En paralelo, las probabilidades de un recorte de tasas por parte de la Fed en su próxima reunión de diciembre se han desplomado: hace un mes el mercado asignaba un 94% a una baja; hoy esa cifra ronda apenas el 44%, reflejo de un tono más duro por parte de los banqueros centrales en ausencia de estadísticas oficiales.

El vacío de información complica aún más un mercado que ya venía tensionado. Los primeros datos estadounidenses recién comenzarán a publicarse esta semana, y de manera fragmentada. Hasta entonces, el mercado se mueve a partir encuestas y declaraciones de miembros de la Fed que parecen manejar información que el mercado aún no ve. La sensación dominante es de pausa forzada, no de calma. Incluso la renta fija muestra esta indecisión, el Treasury a 10 años se mantuvo estable cerca del 4,10%, mientras la volatilidad medida por el VIX cerró la semana alrededor de 21 puntos, un nivel moderado, pero con suficiente tensión acumulada para reaccionar a cualquier sorpresa.

Pero, más allá del ruido, la verdadera atención está puesta en un solo nombre: Nvidia. Sus resultados, programados para este miércoles, actuarán como el termómetro definitivo del sentimiento hacia la IA. Después de semanas llenas de señales cruzadas, será la primera lectura clara para determinar si el mercado esta listo para volver a apostar por el sector o si, por el contrario, comienza un periodo de mayor cautela. Walmart, Home Depot y Target también reportan esta semana, convirtiéndose en un escaneo valioso del consumo en Estados Unidos. A esta altura, cualquier señal importa.

Así llega el mercado a una semana cargada de catalizadores: un retorno parcial de estadísticas largamente esperadas, discursos de miembros de bancos centrales que operan casi como datos en sí mismos, y un conjunto de resultados empresariales que podrían inclinar el ánimo de Wall Street en cuestión de horas.

Los mercados no están quietos, moviéndose con cautela sostenidos por la falta de información y por una mezcla de esperanza y ansiedad en torno a la inteligencia artificial. La próxima señal vendrá pronto, y como suele ocurrir, probablemente no dé espacio para la duda. Nvidia hablará. Y el mercado, esta vez, sí tendrá que decidir.

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