Los mercados cerraron una semana de alta intensidad, marcada por el vértigo de las expectativas de recorte de tasas en Estados Unidos y un frente diplomático que vuelve a acaparar la atención mundial.
Mientras Wall Street celebraba nuevos máximos históricos, impulsado por una inflación en línea con lo esperado, el presidente Donald Trump emprendía una maratón diplomática por Asia que tendrá su punto final este jueves, cuando se reúna con el presidente chino Xi Jinping. El escenario no podría estar más cargado: la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y el Banco de Japón celebran reuniones esta semana, mientras el rally bursátil, sostenido en gran parte por la inteligencia artificial, se enfrenta a una de sus pruebas más exigentes con la presentación de resultados de los gigantes de Amazon, Alphabet, Meta y Microsoft.
En Estados Unidos, la publicación del índice de precios al consumo de septiembre entrego alivio a los mercados. La inflación subió apenas una décima, hasta el 3,0% interanual, frente al 3,1% esperado, un detalle suficiente para alimentar el optimismo y reforzar las apuestas de que la Fed recortará las tasas en 25 puntos básicos el miércoles. Por su parte los principales índices bursátiles, como el S&P 500 superaron sus máximos anteriores y se mantienen en niveles récord, un claro reflejo de una confianza que mezcla esperanza en un aterrizaje suave y fe en que la política monetaria seguirá acompañando. A pesar del cierre parcial de la Administración estadounidense, la atención de los inversores no se ha desviado: la política monetaria sigue siendo el gran foco de atención de los mercados.
La agenda política también se mueve más allá de Washington. Trump, en una frenética gira por Asia, busca proyectar la imagen de un presidente en movimiento, decidido a marcar la agenda global. En los últimos tres días, su paso por Qatar, Malasia y Japón incluyó acuerdos comerciales, gestiones diplomáticas y encuentros bilaterales que preludian la reunión clave con Xi Jinping en Corea del Sur. En juego están temas sensibles: tierras raras, semiconductores, fentanilo, soja y la siempre tensa discusión sobre aranceles. China ha anunciado nuevas restricciones a las exportaciones de minerales estratégicos, y Trump amenaza con responder con tarifas de hasta 100% a partir de noviembre. Sin embargo, el tono de las conversaciones preliminares del fin de semana fue calificado como “constructivo”, y algunos observadores ya anticipan que China reanudará las compras de soja estadounidense en señal de distensión.
En paralelo, los bancos centrales se preparan para una semana intensa. Además de la Fed, el BCE se reúne el jueves sin cambios esperados. La decisión más relevante, sin embargo, será la de Jerome Powell: el mercado asume con casi total certeza una baja de tasas, pero la verdadera atención estará en su mensaje posterior. Cualquier pista de que el ciclo de recortes continuará podría prolongar la racha alcista, de lo contrario, activar una toma de utilidades en un mercado muy exigente.
La semana que comienza será, en definitiva, una prueba de equilibrio: entre la política y la economía, entre la diplomacia y los mercados. Si la Fed confirma el recorte esperado y Trump logra una tregua comercial con China, octubre podría cerrar con el mejor color en meses. Pero la historia reciente enseña que los mercados rara vez se mueven en línea recta, los próximos días pondrán a prueba si los bancos centrales y la diplomacia pueden sostener la calma que hoy reina en los mercados.