La semana pasada cerró con los mercados intentando mantener la calma en medio de un escenario cada vez más complejo. Las tensiones entre Estados Unidos y China volvieron a ocupar el centro de la atención, recordando a todos que la política y la economía global siguen de la mano.
El viernes, Donald Trump agitó los mercados al amenazar con nuevos aranceles de hasta un 130% sobre productos chinos y advertir sobre posibles restricciones tecnológicas. La reacción fue inmediata: fuertes caídas en los mercados, lideradas por el Nasdaq, y un repunte en los activos refugio como el oro. Sin embargo, el tono del presidente cambió durante el fin de semana y hoy lunes el mercado amaneció al alza, con los mercados apostando a que finalmente prevalezca la moderación.
Más allá del ruido político, la economía estadounidense sigue siendo el eje de la narrativa global. El cierre parcial del gobierno, que ya se extiende por más de diez días, ha retrasado la publicación de varios indicadores clave, dejando a los inversionistas con menos datos y más incertidumbre. En paralelo, el inicio de la temporada de resultados corporativos promete aportar algo de claridad. Los grandes bancos como JPMorgan, Goldman Sachs y Citigroup inaugurarán la ronda esta semana, seguidos de nombres emblemáticos como ASML, Nestlé y LVMH. Más que las cifras, la atención estará en las proyecciones que cada compañía entregue para los próximos meses, especialmente en un contexto donde se esperan tasas más bajas y márgenes presionados.
En el frente internacional, Europa continúa lidiando con la inestabilidad política en Francia tras la dimisión de su primer ministro. En Medio Oriente, Israel y Hamás acordaron el fin de la guerra en Gaza, un paso hacia la distensión que ayudó a contener los precios del petróleo.
En conjunto, el escenario sigue siendo de aparente calma sobre un terreno inestable. Los mercados se mueven cerca de sus máximos históricos mientras los riesgos comerciales, geopolíticos y políticos vuelven a asomar. La verdadera prueba comenzará ahora, saber si el optimismo podrá sostenerse cuando el ruido se transforme en realidad.